En ocasiones compramos un paquetito de levadura fresca con intención de hacer pan o bollería, lo guardamos en la nevera o en el congelador, y nunca encontramos el momento de ponernos "en faena". Así que llega el momento en que decidimos usarla, y aunque miremos su fecha de caducidad, tenemos dudas en cuanto a si estará buena o mala.
Así que vamos al truco.
Calentamos agua hasta que hierva. La apartamos del fuego.
Cogemos una pizca de levadura fresca y la echamos en el agua caliente.
Si flota: podemos utilizarla.
Si no flota: tirarla.
(La levadura fresca son unos cuadraditos que venden en los supermercados).
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