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Censura? A veces sí hace falta

M e considero una persona tolerante y, con la edad, paciente, pero creo que no siempre es conveniente dejar puertas y ventanas para que pase...

Quien mal escribe...

Es bastante irritante ver lo mal, malísimamente, que algunos escriben por las redes sociales. 

Antiguamente era normal que la mayoría de la gente no supiera leer ni escribir. Hoy ya no es habitual, sobre todo en quienes entran en este mundo virtual. Pero aún así se lee cada cosa... 

No es cuestión de llevar más o menos cuidado al escribir; sencillamente es desidia. Se puede tener un error, una falta de ortografía por descuido y por prisas, pero no se pueden escribir ciertas cosas y quedarse tan pancho. Pondré ejemplos. 

Hojos en vez de ojos. 

Berdad en vez de verdad. 

Abitual en vez de habitual. 

Conego en vez de conejo. 

Uebos en vez de huevos. 


Y podría seguir. Todo lo anterior lo he visto hace un rato. 

Ayer recibí un email de alguien al parecer molesto porque en el mensaje que he fijado en mi blog pone Censura? y no ¿Censura?; es decir, no está la apertura de la interrogación. Lo que no sabe el remitente y se lo aclaro, es que luego, para el orden de las entradas, las aperturas (de interrogación, de admiración, de comillas, etc) se consideran distintas a las letras, y cuando buscas un mensaje, el blog no lo encuentra. El omitir este signo es simplemente para facilitar luego las búsquedas, tanto externas como internas. 

Pero a lo que iba: cuando alguien (que en este caso no he sido yo puesto que a pesar de lo hiriente a la vista de las faltas ortográficas anteriormente reseñadas, no suelo indicarlo) llama la atención al dueño del comentario, el resto suele entrar en tromba a afear al segundo esa "llamada de atención". O sea se defiende al infractor lingüístico y se ajusticia al que, incluso con la mayor educación, indica el fallo ortográfico, llegando incluso al insulto. 

Al parecer se considera que en redes sociales todo está bien como está, y llamar la atención a alguien es motivo de linchamiento. Muchos olvidan que hay correctores ortográficos, y que incluso no habiéndolos está el fijarse un poco. 

Y hoy no quiero hablar de algunos modismos que resultan también hirientes como el utilizar la "K" para todo olvidando la "C" y cosas por el estilo. Escribir "kasa" en vez de "casa" o "kisiera" en vez de "quisiera". Repito que hablo de redes sociales. 

Eso sí, cuando alguien entra a rectificar apoyándose en la Real Academia de la Lengua (que no me cansaré de repetir que es una entidad PRIVADA) y en plan sabelotodo, es igualmente irritante que la propia falta ortográfica. Que también hay que decirlo. 





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El torero Munera y los ojos del toro

Álvaro Munera fue un torero colombiano de hace ya unos años. 

Y hace también muchos años que circula por internet algo que es un completo bulo. Se cuenta que Munera, en un momento dado y durante una corrida, se sentó en el bordillo del burladero y mirando a los ojos del toro, se arrepintió de su propia crueldad ante unos animales que no le habían hecho ningún daño; fruto de ese "arrepentimiento" se convirtió en un acérrimo anti-taurino. Alguien sacó la foto que se acompaña con el siguiente texto: 
Y de repente miré el toro. Tenía esta inocencia... que todos los animales tienen en sus ojos, y me miró con esta súplica. Era un grito de justicia, muy, muy profundo dentro de mí. Lo describo como una plegaria porque si uno confiesa, se tiene esperanza que uno sea perdonado. Me sentí como la peor mierda del mundo.
Todo falso. Esta la foto: 


El torero que aparece en la imagen no es Álvaro Munera si no el español Francisco Javier Sánchez Vara. 

El texto que siempre acompaña dicha fotografía y que igualmente se atribuye a Munera en unas supuestas declaraciones, son en realidad parte del libro "La casa sosegada" de Antonio Gala: 
Y de repente miró hacia mí. Con la inocencia de todos los animales reflejada en los ojos, pero también con una imploración. Era la querella contra la injusticia inexplicable, la súplica frente a la innecesaria crueldad. Sentí que, garganta arriba, me subía un sollozo.

Álvaro Munera se retiró a los 18 años después de recibir una cornada en Albacete (España) que lo dejó paralítico.


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Los audífonos y sus precios. Hablemos claro

Hoy voy a referirme a un problema gravísimo, que afecta a más del 10% de la población en España, pero sobre todo (y ahí me incluyo) a una inmensa mayoría de personas mayores, que tienen una pensión por debajo de lo que en términos generales se considera "por debajo del umbral de la pobreza" (que viene a ser: menor del Salario Mínimo Interprofesional, que en este 2024 es de 1.134 euros). 

Un audífono es el aparato externo que una persona que no oye bien... o sencillamente no oye... se coloca en uno de los oídos para poder llevar una vida más o menos digna. Porque no escuchar nada o casi nada, es siempre exclusión social. Imagina por un momento lo que sería que no pudieras oir a quien te llama por teléfono, la televisión, el timbre de la puerta de tu casa... a la cajera del supermercado cuando te dice cuánto le tienes que pagar... a quien vive contigo... al médico cuando te habla... a tu jefe... a tus amigos... Imagina y quizás entonces entenderás. 

Pues bien, ese audífono cuesta 3.500 euros cada uno. TRES MIL QUINIENTOS EUROS... siempre que no necesites algo muy especializado porque tu sordera es más que profunda. Con suerte puedes encontrarlo por 2.800 €.

Sigue imaginando. Cobras un sueldo de mil euros o una pensión de 700. Y has perdido un oído por edad, por enfermedad... o sencillamente por un resfriado que costó mucho quitar (eso me pasó a mí el año pasado... pero lo peor está por contar).

Siendo yo muy niña tuve problemas en ambos oídos, y me tuvieron que hacer lo que entonces se llamaba "trepanación", primero de uno y después del otro, por lo que durante toda la vida he tenido problemas de audición. Con el tiempo la cosa fue empeorando hasta que hace algo más de cuatro años por fin me pude comprar los dos audífonos que necesitaba. Recuerda: 3.500 euros cada uno. A plazos y avalados (esa es historia para otro momento).

Ahora viene lo bueno. Los audífonos (nunca los compres en Internet porque te los tienen que graduar, como las gafas) NO ESTÁN FINANCIADOS por la Seguridad Social. Los tienes que pagar tú. Es más: hay una mínima parte que, si lo solicitas y te lo conceden, te lo financian... después de que los hayas comprado y pagado. Es decir: necesitas un audífono, lo compras, lo pagas, y después pides la ayuda. Pero esa ayuda no es para el total del dinero que has gastado, si no para una ínfima parte. Se verá más claro con el siguiente cuadro, en este caso de la Comunidad Valenciana: 

  • 570 € más IVA para un audífono destinado a pérdidas auditivas moderadas.
  • 740 € más IVA para un audífono destinado a pérdidas auditivas severas.
  • 920 € más IVA para un audífono destinado a pérdidas auditivas profundas.

Pero... (siempre hay un "pero") el máximo de la ayuda está en 1.200 euros, por lo que si necesitas dos audífonos (como es mi caso) porque no oyes nada, lo máximo que te concederán (si sumas los puntos que se requieren) por los dos son 2.400 euros por la pareja. Recuerda que ya te has gastado 7.000 mínimo, y que eres mileurista o con una pensión de pobre miserable. 

¿Y por qué no se financia TOTALMENTE algo tan necesario para una persona que no oye como un audífono?. No lo sé y tampoco lo entiendo. Se cubren otras cosas que no termino de comprender y algo como ésto, no. 

Porque además estos aparatos tienen una vida útil de alrededor de cuatro años, por lo que yo, que los compré (repito: a plazos y avalada) en la navidad del 2019 ya estoy teniendo problemas con ellos... y no puedo comprarme otros. 


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Una cosa es... y otra muy distinta...

Una cosa es... y otra muy distinta... Lo explico. 

Una cosa es venir a un blog a un foro o a cualquier otro lugar de este no tan inmenso mundo de internet, y desahogarte; contar tus pequeñas miserias y lanzarlas contra no sabes bien qué o quién. Y otra muy distinta creerte el rey del mambo y decirle al mundo, con pelos y señales, lo que comes, cómo duermes (o con quien) e incluso lo feliz que te sientes. 

No sé si se entiende la diferencia. 

Una cosa es, por ejemplo, entrar aquí y de cierta forma hablar contigo misma sin importarte demasiado quién pasa o deja de pasar. Es como tener un amigo invisible. 

Y otra muy distinta -al menos para mí- contar cosas como las ya dichas: qué comes, qué cenas, dónde vas de vacaciones y con quién, si sales a divertirte... e incluso lo feliz que eres... cuando todo eso, como lo contado en el párrafo anterior es algo que sólo te importa a tí y a nadie más. 

La diferencia es que lo del amigo invisible no se lo cuentas al mundo, si no a tí misma en realidad, porque necesitas expresarlo casi en voz alta, y lo segundo es un escaparate, que la mayoría de las veces crees importante porque los demás están esperando leer. Las dos cosas son soledad, pero con el "invisible" lo sabes, y con la exhibición te crees lo que quieres mostrar.

En redes sociales se da mucho el visualizarse, el dejarse ver, el que te conozcan, y para ello requieres tener muchos "amigos", que en realidad si te vas les vas a importar nada. Y si alguien no me cree, que deje de decir tonterías en esas redes por un tiempo y lo comprobará. 

No estoy reivindicando nada, dios me libre. Allá cada cual con sus necesidades. Pero tenía ganas de decirlo. 

Ahora, según los cánones debería poner una imagen para que el texto quede bonito. Pues va a ser que no porque la palabra tiene su importancia por sí sola (no la mía naturalmente).


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Censura? A veces sí hace falta

Me considero una persona tolerante y, con la edad, paciente, pero creo que no siempre es conveniente dejar puertas y ventanas para que pase el aire. 

Y por esa razón y sin más explicaciones, sólo quien esté registrado en Google podrá hacer comentarios aquí. No hay que tener un blog para ello; únicamente registrarse  en el sitio citado.


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La magia del ave fénix

Es curioso, muy curioso ver como cuando el pozo parece muy muy negro, se abre algo en cualquier parte. Hay ocasiones en que vale casi cualquier cosa. 

El ave fénix es, según la leyenda, aquella que abrasada por el fuego, consigue elevar el vuelo a pesar de todo. 

Ha sido un año complicado, sobre todo en los últimos meses, pero aquí estoy de nuevo, no sé por cuanto tiempo... pero estoy. Y dispuesta a que el tiempo que me queda sea de la mayor felicidad posible. Dentro de mis posibilidades, sobre todo económicas y de salud, pienso darme todos los caprichos asequibles. 

Pensé que podía quedarme ciega.


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26 julio 2024

Terminando una semana más que complicada: un Zoster que no se entiende bien cómo ha aparecido, una caída tremenda con la que casi me rompo la rodilla... y la crisma, un desplome de cosas importantes en los análisis,,, y un susto del que de momento no quiero hablar porque aún no tengo resultados definitivos de todo... pero SUSTO con mayúsculas... esperemos que todo quede en nada. 

Acabo de ver la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de París 2024, un principio de Olimpiadas realmente soberbio, espectacular, pero si tengo que resaltar un momento que me ha emocionado profundamente ha sido el ver (no sabía que iba a aparecer) a la enorme y maravillosa cantante Celine Dion cantando ese "Himno al amor" de la inolvidable Edith Piaf. Me enamoró siendo muy joven esa canción, siempre he sido "fan" de la Piaf, y Dion, sabiendo lo enferma que está (precisamente vi un vídeo -que me encontré de casualidad- donde le daba una crisis de la enfermedad que padece... fue tremendo), y el pedazo de voz que sigue teniendo a pesar de todo. 

Sin olvidar el momentazo de nuestro Rafael Nadal, inmenso tenista, llevando la antorcha. Por cierto, mañana juegan Carlitos Alcaraz y Rafa Nadal, JUNTOS, partido de dobles, creo que contra un par de argentinos, a las 19 horas (horario español)

Y a todo eso, fallándome la conexión de internet tanto en la tele como en el ordenador. Mañana viene el técnico. 

Y por último la tontería subliminal de algunos (siempre igual) que tienen que criticar lo que sea: cuando no es la falda del uniforme de las olímpicas españolas es el lazo que lleva no sé quién. Y todo porque aborrecen los colores que nos representan, el himno y todo lo que huela a español. Hartura de gentuza.  Y mientras tanto en las Olimpiadas de París los franceses presumiendo de banderitas, canciones, colores y todo lo suyo. No aprenderemos nunca. 

¿Que por qué cuento todo ésto que no le importa a nadie? Porque mi perro ya lleva un rato durmiendo y no le voy a despertar. Y porque posiblemente sean los últimos Juegos Olímpicos que sea capaz de ver.


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Lo que es la vida

Cuando era una niña, incluso muy pequeña, creía que moriría joven... como mi tía que se fue con 25 años. Luego fue pasando el tiempo y comprendí que no sería así. Conforme fui creciendo y haciéndome adulta el pensamiento era que llegaría a mayor, algo que sinceramente no me hacía mucha gracia, porque lo de envejecer no lo veía. 

Un día, y que conste que no creía en ello, una mujer a la que conocía de vista, se empeñó en leerme la mano. Sí, tal como suena: leerme la mano. Y fue tan excesiva en su deseo (pesada diría yo) que al final accedí más por quitármela de encima que por otra razón. Me la leyó y entre otras cosas que no vienen a cuento ahora, me anunció que ya con una edad tendría un grave percance de salud, pero que saldría de ello; más adelante -dijo- tendría un segundo quebranto, al que no le veía un "final muy feliz" (textual). Todo se ha ido cumpliendo como si de una letanía se tratase. Incluso ahora, que parece pintan bastos... y muy duros de asimilar. 

No voy a entrar en excesivos detalles que tampoco vienen a cuento, pero no estoy bien. Parece que mi padre me ha dejado una "herencia" que no esperaba, o al menos eso parece. Tienen que seguir haciéndome pruebas médicas para confirmar o no. 

Sinceramente y estoy segura de que me arrepentiré más tarde de lo que voy a decir, esperaba que si esa "herencia" era para alguien, fuera para mi "querido" hermano, del que no sé nada hace 13 años... porque yo ya había llevado (y llevo) lo mío. Habrá que dar más tiempo a todo, pero me encuentro físicamente mal porque me duelen cosas que no entiendo. A lo mejor es que se me está acabando el tiempo y no me he dado cuenta aún. Lo cierto, y a eso iba, es que después de aquella época de niñez-adolescencia y de pensar en morirme a los 25, pasé a otra que dura hasta hoy, en que me iría a la otra orilla... a los 76. Sí, a los 76... y lo pensaba con 30. Y si todo al final se confirma... será a los 76. Duro de asumir, muy duro.

Así que, por si acaso, tendré que poner en orden algunas cosas que voy dejando para cuando pueda. Por de pronto me he dado un pequeño capricho que tenía desde hace tiempo; nada importante, pero la felicidad hay que buscarla en lo que nos alegra la vida. Siempre por si acaso. 

Vivir con tantísimo miedo no es vida.




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Quitando personalidad al idioma

Leo en una red social que la utilidad del signo de interrogación y el de admiración, sobre todo en su modo apertura (¿ ¡) es una inutilidad... porque en otros idiomas no existe. El argumento es de una estupidez supina. Y si añadimos más conceptos de los que se dan, la tontería alcanza grados de problema mental. 

En su día y con las mismas explicaciones de que en otros idiomas (extranjeros o no) ciertas letras de nuestro alfabeto no existían, también se eliminaron, sin consultar siquiera a la ciudadanía. Recordemos la elle (ll) la che (ch... tan importante en mi nombre),,, la eñe (ñ... que debería ser flagrante delito), pero en cambio ni se tocaron letras tan inservibles en nuestro idioma como la uve doble (w) o la ka (k... igual de inservible que la anterior y que muchos utilizan en detrimento de la q o de la c). 

Y es que el español medio sigue siendo tan ignorante como en tiempos de aquella dictadura que la mayoría no queremos ni recordar. 

Llamamos a la bandera nacional "trapo", a los Pasos de Semana Santa "muñecos", y recibimos al himno con pitidos, en un afán de menospreciar ante todo; pero en cambio nos da envidia cuando en cualquier evento (generalmente deportivo) vemos a gentes de otros países emocionarse cantando su himno o enarbolando su enseña patria. El caso es enardecerse con las cosas ajenas y esgrimir que lo nuestro es una mierda. Si eso no es ignorancia...

Pero volvamos al idioma, a nuestro idioma común a todos los españoles: el castellano que últimamente se cita como tal, perdiendo su identidad de siempre de "español". Y todo eso y mucho más con el consentimiento explícito de nuestros gobernantes, representantes políticos... y ciudadanos. Que la complicidad es también callar y consentir.

Algunos quieren que nuestro idioma se iguale al de los que se hablan fuera de aquí, o quizás sería más correcto decir a los dos que imperan (junto con el español) en el mundo: el inglés y el francés. Por cierto que no veo yo al inglés llamándose de otra manera porque en Escocia o en Irlanda y no digamos en el Imperio Británico también lo hablan; y lo mismo para el francés. ¿Vamos entendiendo?

El idioma español tal y como se le sigue nombrando todavía en el mundo (poco queda al ritmo que vamos) tiene sus características, y no veo ninguna necesidad con igualarlo a los alfabetos extranjeros. No es una cuestión de españolidad o patriotismo (¿o sí?), si no de no perder una personalidad de la que también debemos sentirnos orgullosos.

Somos distintos, sí ¿y qué?


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Contenedores inteligentes en Alicante

El Ayuntamiento de la ciudad de Alicante está gobernado por el Partido Popular, teniendo como alcalde a D. Luis Barcala desde el 2018. Y ahora surgirá algún graciosillo diciendo que aguantemos con lo que hemos votado (yo no, por cierto), sin saber que mande quien mande el señor alcalde está al servicio de la ciudad y los ciudadanos que gobierna que son quienes realmente le pagan el sueldo.

Pues bien este Ayuntamiento ha decidido durante los primeros días de junio y al parecer en plan masivo, instalar una serie de contenedores, para que los ciudadanos echemos allí los desperdicios orgánicos. Es decir: tenemos contenedores nuevos, que es algo que siempre está muy bien. El problema surge cuando vas como todas las noches y entre el horario que hay establecido. con varias bolsas por aquello del reciclaje, y en mi caso con problemas de movilidad, lo cual queda traducido en que necesito la ayuda de una muleta. De entrada la imagen dada ya es complicada. 

Habría que matizar para que todo quede suficientemente claro que dichos contenedores, llamados "inteligentes" los he visto puestos y colocados esta misma mañana. Nadie ha dado ningún tipo de información de qué hacer y cómo utilizarlos. Ah, ¿que no se entiende lo que estoy diciendo? Lo aclaro enseguida. El contenedor que nos ocupa es éste:



De nuevo llegará el enterado de siempre diciendo que somos tontos porque con pisar la barra que se ve bajo, la tapa se levanta y chimpún.

Pues no, y aquí es donde ahora empieza la película que es de "Óscar".

Para empezar no tienes una tarjeta que lo abre (sí, una tarjeta como la de los bancos pero que sólo servirá para abrir la tapa). También te cuentan que si no la tienes (la tarjeta) puedes bajarte una aplicación al móvil y abrirla también con éste.

Y ya sentaros que viene el rato de las risas a mogollón. 

Como no han enseñado a la ciudadanía -PREVIAMENTE- los pasos que los alicantinos tienen que seguir, yo esta noche, como una pasmarote, y con varias bolsas de desperdicios, me he quedado plantada delante del armatoste e intentando saber cómo se abría... porque no se abría, señores, no se abría.

Como soy ciudadana de bien, no he querido dejar las bolsas allí mismo y me las he traído nuevamente a mi casa.

Enciendo el ordenador y empiezo a buscar dónde está el problema, y me entero de lo ya contado antes: o tienes tarjeta o app en el móvil o a partir de ahora te comes tus propios desperdicios.

Pero hay solución, mala pero la hay.

Pedir mediante formulario y al Ayuntamiento de Alicante, que te manden la dichosa tarjeta, que dicen la tendrás en tu domicilio ANTES  de 10 días. ¿Y durante esos diez días ¿dónde narices tiro yo la basura? Los ciudadanos que vivimos todo el santo año en Alicante somos habas contadas; ¿por qué no las han enviado sin más... puesto que es el propio ayuntamiento quien nos cobra el IBI y la Tasa Anual de Basuras?

Vale, busco entonces la aplicación para el móvil que también servirá para lo mismo, dicen: que aún no la han inventado y no saben cuándo estará disponible. Pero... pero... si los contenedores antiguos los han quitado ya todos y sólo están esos "inteligentes"... que sólo te permiten tirar la basura de DIEZ A DOCE  de la noche. El cachumbo de la puerta no se abrirá por mucho que insistas hasta que no den esas horas.

Resumo por si alguien a estas alturas ya se ha perdido: nuevos contenedores "inteligentes" que sólo se abren de 10 a 12 de la noche, y siempre que tengas "la llave" que son: o una tarjeta que te tiene que proporcionar el ayuntamiento y que tarda 10 días en llegar desde que la solicitas, o una app para el móvil... que aún no han inventado.

En un mundo no muy lejano veo todos esos contenedores invisibles completamente, porque las bolsas de los ciudadanos los han cubierto... por fuera, claro.

O algo más sencillo aún: coges tus bolsas y las llaves de casa (yo añado mi muleta) y te diriges a abocar las inmundicias de tu casa. Se te ha olvidado coger la tarjeta (en el móvil no tienes la app porque aún no la han fabricado)... y entonces tienes dos opciones:

1- Coges tus bolsas y vuelves a casa; coges la tarjeta (cuando la hayas recibido) y las bolsas, volviendo al contenedor, cabreado sí.... pero eres un buen ciudadano, tonto pero buena persona.

2 - Dejas las bolsas en el suelo y vuelves a casa. Que le den a la tarjeta. Esa misma noche eres yo escribiendo esta carta-protesta de forma pública.

Con tanta gente mayor que hay en la ciudad de Alicante, que a duras penas se defienden con los móviles y no digamos con las nuevas tecnologías de los televisores... que tienen que llamar a sus hijos para que enciendan la tele... en vez de ayudar, lo están entorpeciendo todo.

Demencial.

Y una cosa más a los que tenéis niños: no lo mandéis como hacéis ahora a tirar la basura... que ya sabéis que volverán sin tarjeta...

No se puede hacer peor Alcalde, no se puede hacer peor... y a puertas de las Hogueras de San Juan (fiesta grande en Alicante y que son el 24, para los de fuera). Todos los años tenemos huelga de los servicios de limpieza, y las calles quedan como quedan. Este 2024 tenemos contenedores inteligentes... que no se pueden abrir.




Y ya por aquello de cerrar con algo personal (aunque no creo que nadie llegue a leer hasta aquí) iba a contar una cosa de hoy mismo... pero no. Daros por abrazados y besados cada uno, cada una; si alguna vez pasáis por aquí y no estoy, que se os encienda una luz en la mirada recordándome. Estaré mientras pueda pero hoy miércoles 5 de junio del 2024 parece que las fieras que había olvidado, han despertado de nuevo y en manada.


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Veinte años de este blog. 2004 - 2024

Veinte años ya desde que decidí, sin saber nada del mundo virtual, que quería tener una página, una web. Porque todo empezó cuando una bolita, una línea, un borde... había que hacerlo prácticamente de cero, con escasos programitas que eran gratis y muy simples, y echándole imaginación a lo que quería hacer. Cada página de esa web era una locura... pero emocionante y llena de ilusión. 

Aquel sueño se llamó "El rincón de Chesana" y nació al mundo el 24 de abril del 2004.

Más tarde y ya buscando la comodidad en el diseño, derivó a lo que entonces se impuso como moda: los blogs. Y aquí estamos, cumpliendo una veintena llena de mucho aunque la vida se ha complicado últimamente. 

Dice la canción que "veinte años no es nada". ¿Que no es nada?. Un tercio de la existencia personal. Pero ha valido la pena, porque si este blog hablara, no de lo dicho, si no de lo callado, de lo oculto... 

Feliz cumpleaños amigo mío. No sé cuánto tiempo podremos seguir juntos. Me duele y mucho que cuando yo ya no pueda escribir (algo que cada vez está más cerca), ni siquiera puedas persistir en el tiempo, y no porque tú o yo seamos importantes si no porque es cruel que los imperios tecnológicos virtuales que lo manejan todo, hayan decidido que a los dos años de no haber actividad en sitios como este, se eliminen.

Pero no nos pongamos tristes, que hoy estamos de celebración. Hoy, tú y yo, cumplimos veinte años juntos. Eres la relación que más me ha durado (sonrío).

De aquel "El rincón de Chesana" todavía conservo aquí la pequeña cascada de agua en movimiento de la portada de este blog, y esa preciosa cara sonriente que lanza besos a todo el que pasa por aquí... aunque muchos ni la miren. También esa diminuta ola de incansables, y esa tan mal querida bandera de un país, el mío, que amo profundamente, amor que hay que esconder para que no te etiqueten de lo que ni por asomo eres. 

Feliz cumpleaños compañero de mil batallas. Intentaré venir a verte pero ya sabes que eso no depende de mí, que la salud anda resquebrajada y la vista más aún. Gracias por lo mucho que me has dado durante tanto tiempo cuando sólo tú acompañabas. No sé si podré volver pero... pienso cumplir otros veinte... contigo siempre.

Y si alguien asoma algún día por aquí, y estás... que pare un poco su apresurado tiempo (que parece que a todo el mundo le comen las prisas) y lea lo mucho que tienes, escrito siempre con un inmenso amor hacia la vida. 


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Pues lo voy a contar

Hace casi dos años, justamente el próximo 13 de marzo los hará, me acosté por la noche a dormir como cualquier otro día. A la mañana siguiente no me podía poner ni las zapatillas, ni siquiera ponerme de pie. Así, tal cual. ¿Qué había pasado? Sencillamente que la vida se me dio la vuelta como un calcetín, de la noche a la mañana.

Desde entonces han pasado dos años llenos de tantas cosas que es imposible citarlas, pero sobre todo de médicos y dolor. Para que luego algunos imbéciles digan que la sanidad pública no sirve para nada. 

Desde aquella mañana de ese 13 de marzo del 2022... tres enfermedades raras y una diabetes, Casi nada. Y eso recién dejado atrás un cáncer de diez años. 

Y aún sigo en la pelea.

Hace un mes tuve un bajón estrepitoso, pero de esos para ponerle un ancla y tirarlo al mar; total, que me han duplicado la medicación... y casi vuelta a empezar.

Sé que tengo la fecha de caducidad cada vez más cerca. Algunos gilipichis dirán la solemne estupidez de "todos nos vamos a morir" (¿por qué la gente es tan... tan...?). Lo peor no es morirse, lo peor es quedarse estando muerto. Que cada cual entienda lo que quiera; y no me vale que yo no me daré cuenta. 

Así es que el otro día le dije a alguien que dentro de mis escasas posibilidades (económicas y de salud) me voy a dar el máximo de caprichos que pueda, en el menor tiempo posible. Por lo que pueda pasar. ¿Que se quedan cosas sin solucionar y dejar "atadas y bien atadas"? Me tiene completamente sin cuidado. Que cada cual aguante su vela, que la mía es intentar vivir lo mejor posible. No voy a perder ni un solo minuto con ese tema ni con personas que nunca han valido la pena... porque mi tiempo, el mío, ha pasado a convertirse en oro. 

Mañana 28 hará 35 años que mi padre se fue. Un duro día a pesar de todo. 

Mañana 28 alguien a quien aprecio entrará por la puerta de mi casa y mi perro se volverá loco de alegría.

¿Un día menos? No. Un día más. 


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Necesito...

Necesito algo que no sé dónde encontrar. Algo a lo que agarrarme para no caer en un pozo que amenaza con cerrar mi garganta y desbordar los ojos. 

Esta mañana he tenido que ir al especialista, en consulta de urgencia, porque no podía más. Cuando el dolor corporal lo llena todo, dejas de tener vida. Algo se ha roto y hay, oficialmente, un empeoramiento general de mi estado de salud. Me ha duplicado la medicación y quiere verme de nuevo en dos semanas. 

Leer ya en casa, en el resumen de la visita de hoy, la palabra "Empeoramiento..." ha hecho que todo se me viniera encima. Llevo toda la tarde intentando sujetar no sé bien qué, porque no puedo permitirme el lujo de derrumbarme. 

Miro a mi perro dormido en su cama y pienso que hay que seguir por él... pero ni eso me vale ahora mismo. Busco a mi alrededor, y no encuentro nada. Nada. 

Posiblemente no debería estar ahora mismo escribiendo, pero es otro modo de sujetar caballos desbocados. Por primera vez en mucho tiempo, no sé qué hacer para dejar de pensar. 

Temía ese empeoramiento porque las señales del cuerpo te van avisando: esos malditos dolores se acentúan y aumentan hasta límites que no creías volver a sentir, pero pensaba que podría con ellos. Hasta el pasado miércoles en que tuve que llamar al especialista para pedir cita urgente. 

Su cara, la del médico, conforme me iba escuchando, ha pasado de "la de siempre" a estar serio, muy serio. Al final ni siquiera me han dolido casi las infiltraciones... porque yo ya no me encontraba a mí misma: aumentar la medicación al doble... verme en dos semanas... más medicamentos... Y darte cuenta que ésto, como mínimo, va a ser siempre así por mucho que te empeñes en que no. 

¿A quién le importa, salvo a mí? En barrena. 



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No te fíes de quien abandona a tu mascota

Hay personas que van inicialmente de buena gente, pero cuando vas cumpliendo años y sabiendo de la vida, te das cuenta que el filtro es otro. 

Nunca, nunca, nunca será buena persona quien recibiendo la petición de que se ocupe de tu mascota si tú te vas a la otra orilla, te responde que no te preocupes... que ya lo llevará "a algún sitio". ¿Perrera, protectora... dónde? Porque en ese momento sabes que jamás se lo quedará. Te lo ha dejado muy claro. Y da igual cuáles sean sus otros gestos, bien con las personas o con lo caritativa que sea.

Mi padre decía que no te fíes nunca de quien no quiere a los animales, y sobre todo si éstos dependen de alguien para sobrevivir. 

Y tampoco será del beneplácito de la duda quien, habiéndose comprometido también a cuidarle personalmente (ya en el plano de quedárselo si tú no estás ya), le "abandona" con toda la miseria de que es capaz el ser humano. No hablo de dejarle en cualquier carretera; hablo de que de la misma forma que el primer caso le llevaría a algún sitio, en éste sencillamente... le olvidan. Y de ese traje, tengo dos. 

Quisiera entender esas mentes que luego van de "guay" por la vida. Es como cuando alguien deja de lado a su familia, pero luego visita todos los días a los vecinos enfermos de gripe, por si necesitan algo. Son seres a quienes les encanta figurar como "buena gente" en un escaparate, pero cuando les rascas un poco, cuando les conoces de verdad... son estiércol. Pura basura, vamos. 

No creo en el cielo ni en el infierno; tampoco en el karma. Sé que la vida es siempre injusta porque no cobra facturas. Pero a veces... a veces...


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20 de enero

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El 44% de ellos piensa que son discriminados

El CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) ha realizado una encuesta entre los hombres españoles, cuyo resultado es que el 44% piensa que la igualdad entre sexos ha ido demasiado lejos, y que ahora son ellos los discriminados. 

Estoy convencida que si hubieran ampliado el ámbito de la encuesta, incluyendo en ella a las mujeres, muchas habrían opinado lo mismo, porque no olvidemos que uno de los mayores caldos de cultivo para el machismo en España, son las madres que consideran -todavía- que pertenecer al sexo masculino es ser de una categoría superior. 

Dicen que hemos progresado mentalmente, pero lo cierto es que no es del todo así. Existe todavía mucho retrógrado que si no vive aún en las cavernas, lo parece. Las mujeres, muchas de ellas, trabajan dentro y fuera de casa. por lo que su tiempo, el que deberían dedicar a sí mismas, disminuye notablemente. Pero algunos hombres (un 44% son muchos... demasiados diría yo) piensa que es obligación exclusiva de ellas atender la casa, los niños... y a ellos, sin olvidar el trabajo en una oficina, tienda o limpiando casas ajenas. Ellos llegan, se sientan y miran el móvil hasta que la comida está en la mesa; y aunque nos parezca que esa estampa está lejana en el tiempo, realmente es muy presente. 

Y no digamos ya en la actualidad cuando intervienen esas madres amorosas que cuando el hijo se separa y vive solo, van corriendo a llevarse sábanas y ropa para lavarla, plancharla y colocarla en los armarios, con la aprobación implícita del marido/padre de la criatura y del propio vástago cuarentón que ve como normal ese tipo de comportamientos tanto de su padre como de su madre. Y es que todo eso y mucho más "es cosa de mujeres", como si la casa y los niños fueran sólo de ella mientras él, el macho ibérico "pasaba por allí".

Recordemos -y no quiero ahondar más- lo último sucedido con aquella campeona del mundo del fútbol español que recibió un beso del jefe en plena boca, y algunos -demasiados de nuevo- la criticaron, a ella claro, como posesos cavernícolas. 

Sin entrar en feminismos radicales (de los que personalmente no soy partidaria), queda aún mucho por cambiar y sobre todo por establecer. Y no es fácil lo que queda. Pero todo es posible y es ahí donde mueve la esperanza aunque yo posiblemente no lo vea. Hay que erradicar ese 44% que ha estado siempre callado ante la discriminación -de siglos- padecida por la mujer, simplemente por serlo, y sobre todo cambiar la mentalidad de esas madres protectoras que pierden el norte ante un hijo varón... y que no todas son "mayores", porque en la mayoría de las ocasiones, un hombre es lo que se le ha inculcado desde niño. Aunque siempre hay excepciones. 

La comodidad, en ellos (al menos en ese 44%), parece ser algo genético. Y no lo es. El "eso es cosa de mujeres" es puro machismo venga de donde venga. 



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La ridícula idea de no volver a verte

Para todo hay siempre una primera vez. Y ésta es una de ellas. 

Hace ya algunos meses que intento "hacerme" con los audiolibros, con esa nueva forma de leer escuchando. Graves problemas de visión me empujan constantemente a ello y como el jugar para algunos, o el comer para otros, el leer es también un vicio sin el que no puedes vivir... por mucho que algunos no lo entiendan. 

Pues bien, no había forma ni manera de que los audiolibros formaran parte de mi vida. No encontraba el modo. Mi mente se perdía constantemente en otros menesteres... o sencillamente... me dormía. Hasta que alguien hace unos días, alguien que además no conozco más que por los grupos de libros donde a veces me pierdo, me comentó en un intento de ayudarme, que en vez de "sentarme a escuchar... hiciera algo a la vez". Reconozco que no le entendí y como tengo el vicio de preguntar, pregunté. La aclaración me abrió los ojos aunque reconozco que con cierto escepticismo, pero había que probar, más que nada porque hace meses me inscribí en una de esas páginas de muchos audiolibros, con oferta incluida; dicha oferta se me termina en un par de meses, y su precio "normal" no me resultaba atractivo si no me enganchaba a la vez a los audilibros. 

Total que ayer, pensando ya en el final de esa oferta que empezaba a tener visos de rechazar cuando se cumpliera, hice lo que mi compañero virtual me había aconsejado: que si arreglas la casa, haces la cama, friegas los platos... con los auriculares (que a tal fin también compré y de los baratitos) puestos. ¡Milagro!

Llevo desde ayer enamorada de los audiolibros, aunque para ser más justa debería decir del primero que he conseguido casi terminar (en ello estoy ahora mismo mientras escribo esto). Supongo que el haber acertado con el libro, la autora... y la narradora también han tenido mucho que ver.

"La ridícula idea de no volver a ver". 
Autora: Rosa Montero.
Narradora: Rosa Montero. 

Reconozco que también es el primer libro de Rosa que leo/escucho. Un pecado y de los grandes por mi parte, ahora lo sé; de ahí que recomiende encarecidamente su lectura para quienes aún tengan ojos, y su escucha para quien tengan sólo oídos. Dos tardes me va a durar... y con pena, mucha pena de que se acabe. Menos mal que ha escrito muchos más.

Tengo claro que he elegido, antes, no sé si mal los libros aunque me inclino más a pensar que ha sido el modo innovador de leer. Cuando lo haces con un libro en papel o digital, te sientas y lo lees; cuando tienes que escuchar un audiolibro... hay que estar haciendo "otras cosas" que no te impidan dejar la mente y la concentración libres. Ese es el secreto. 

Mi primer audiolibro. Mi primera vez. Nunca es tarde.


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Tal como éramos

Lo que sigue está copiado del libro "Tal como éramos" de la escritora española María Pilar Queralt del Hierro (Barcelona, España, 24/03/1954). No tiene desperdicio.
    
"Las mujeres nacidas entre los años cincuenta y los primeros sesenta bien podríamos defendernos en la vida si conocíamos las cuatro reglas, sabíamos leer y escribir y, sobre todo, obedecíamos las normas de nuestros mayores. A fin de cuentas, para el destino de madres y esposas que nos esperaba, con eso teníamos más que suficiente. Sin embargo, íbamos a ser precisamente aquellas niñas "tan buenas y obedientes" las que acabaríamos por asaltar la Universidad y el mercado laboral, educaríamos a nuestras hijas de forma muy diferente a la recibida y conformaríamos un nuevo tipo de mujer". 
"Lentamente la situación fue cambiando. Mediados los sesenta, llegaron desde Europa aires de revolución en forma de minifalda o revueltas estudiantiles y, pese al férreo control de la censura, aquellas niñas captaron el mensaje. A principios de los setenta llegaron nuevos cambios: viajes al extranjero, aprender idiomas, e incluso, la Universidad". 
"El camino fue largo y difícil. A quienes lo recorrieron deben las mujeres del siglo XXI su actual estatus y es bueno que conozcan cómo fue la niñez y adolescencia de sus madres o abuelas". 

 


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