Los mormones y family search

No suelo meterme con páginas ajenas, pero en esta ocasión voy a hacer una excepción y tengo mis razones para ello, razones que explicaré. 

Los mormones cuyo nombre completo es "La iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días" tienen una web llamada "Family search" donde aparentemente sin pagar ninguna cuota, puedes colocar tu genealogía. Y eso creí yo también hace algunos años. 

Durante muchos años, más de 20, fui construyendo mi historia familiar, mi genealogía, y al no tener a quién dejársela cuando yo faltara, pensé que sería un buen sitio el colocarla allí por si en un futuro que suponía lejano, alguien que llevara mi apellido tenía la curiosidad (como la tuve yo hace mucho) de conocer sus orígenes. Así que empecé, reconozco que ilusionada, a colocar los montones de datos que ya tenía. 

Lo que no sabía -y es el enorme chasco que me llevé- es cuando un día me enteré que los mormones habían vendido algo así como parte de los derechos para que empresas que sí ganaban dinero con las genealogías ajenas, pudieran acceder a los que gente como yo, habíamos ido colocando. 

Es cierto que cuando te registras, incluso hoy día, te avisan que los datos que escribas allí son algo así como propiedad de ellos, aunque recuerdo que también leí que no pierdes la autoridad sobre el contenido. También aprendí con el tiempo que cualquiera que se registre en "Family" puede rectificar y/o cambiar tus datos, algo que me molestaba sobremanera. Pero para ser sincera, me pudo más el poder acceder a actas de mi familia y dejar ese pequeño legado que todo lo anterior.

Y como ya he dicho, empecé a introducir datos en la página... hasta que me enteré, años después y cuando aún estaba buscando, recopilando y anotando fechas y nombres allí, de esa "venta". Ahí lo paré todo. Y fue tal mi enfado que incluso empecé a borrarlo todo. No me daba la gana que lo que tanto esfuerzo (y dinero... porque la iglesia católica cobra por cada documento que le pidas) me había costado, fuera vendido donde yo no había autorizado. Sabía que me podían copiar usuarios registrados en los mormones, pero de ahí a que pulularan por todo Internet hay demasiado trecho para digerirlo. Al menos para mí. 

Como he dicho, empecé a borrarlo todo. 

Hace ya años de todo aquello. Pues bien, incluso ahora y a pesar del borrado, encuentro MIS DATOS genealógicos por cualquier parte, e incluso de forma abierta en la red por los propios mormones. 

Es decir: cierto que no pagas por copiar allí tu genealogía, cierto que un usuario registrado te puede duplicar e incluso modificar... pero y sé que me repito: que cualquier web que SÍ COBRA pueda usar esos datos, me parece una estafa por parte de "Family search". Pero lo peor es que NO PUEDES ELIMINAR TU GENEALOGÍA puesta en los mormones, porque aunque tú dejes de verla, ellos en realidad la siguen manteniendo a la vista... y no puedes hacer nada al respecto, porque como dije al principio, se quedan con la propiedad de todo. No tienes más que buscar a algún familiar... sin registrarte y lo comprobarás. 

Sinceramente me siento engañada. Han pasado años de aquella eliminación por mi parte y todavía compruebo que siguen estando, allí y en otras partes. 

Es más, al comprobar lo que considero un engaño, introduje un dato falso, falso porque me lo inventé: un nombre y unas fechas que sólo existían en mi imaginación. Pues bien: todos esos datos todavía figuran, repito: en los mormones y en otras webs muy muy conocidas, y mucha gente que sólo saben copiar a los demás y por tanto robar el trabajo ajeno, los han copiado como buenos y puestos en "sus" genealogías. 

Naturalmente a partir de entonces no me fío de nadie. Posiblemente mi genealogía muera conmigo, porque acabará en cualquier contenedor de basura, pero no puedo hacer nada por evitarlo. Pero sigue dándome mucho coraje.


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24 de abril del 2025

Pues sí, a pesar de mucho, sigo aquí y cumpliendo este blog un añito más. 

La de cosas que han pasado en estos 21 años que van de aquel 24 de abril del 2004 a hoy. Montones las ausencias, unas voluntarias y otras no, y montones también los cambios tanto físicos como de planteamientos. 

Y como todo hay que decirlo y a pesar de que muchos no lo entienden... ayer 23 de abril fue un día algo complicado. Hacía siete años que se fue Plasty, mi añorado gato; tan especial, tan cariñoso... tan mío incondicionalmente. 

Pero vamos a lo que vamos. Cualquier día este cuerpo mío dará un susto, no sé a quién pero lo dará. Pero como es algo que no puedo ni controlar ni evitar ¿para qué preocuparse más allá de lo imprescindible? 

El otro día pensaba en que debería escribir más porque siempre es algo que me ha "descansado" la mente. Sigo con problemas para leer (a pesar de las operaciones de cataratas) y eso es algo que llevo peor que mal, pero sí es cierto que debería volver a escribir. 

Quiero contar algo aquí, algo muy personal, algo que sólo escuchará el silencio: hace unos días tuve que vaciar dos habitaciones de mi casa; pero vaciar de verdad, del todo. Tenía un problema importante y no había más solución. En ese "hay que tirar" y cuando quienes se ocupaban de la tarea me enseñaron una caja con montones de carpetas, y abrieron una de ellas... estuve tentada de decir "dámela"... pero no lo hice y asentí para que también "todo eso" fuera a la basura. La caja contenía cuentos e incluso un libro escritos por mí hace ya mucho tiempo, todo mecanografiado a máquina (sí, en una de esas antiguas máquinas de escribir que aún conservo); sabía que si me paraba a revisarlo empezaría a seleccionar también otras cosas. Y no podía ni debía hacerlo. 

Lo que no sabía entonces es que días después me arrepentiría como lo estoy haciendo ahora mismo de haber tirado todo eso. Como me arrepiento a cada instante de otras cosas que voy recordando estaban en cualquiera de esas dos habitaciones, y que no volveré a ver ni a tener. Objetos muy importantes para mí, pero sólo para mí ¿se me entiende? Es lo que pasa cuando no tienes a quien dejarle nada.

Sé que es inútil pensar que tenía que haber hecho otra cosa, haber ido más despacio y revisando, pero me conozco y tenía que vaciar todo y sin sentimentalismos. Hasta ahora guardaba... no sé bien para qué ni para quién, pero hay decisiones que se tienen que tomar, y hay que hacerlo siendo responsable. Y eso es lo que intenté. No podía dejar paso a debilidades... y eso hice. Pero hay momentos... 

En fin, que hoy andamos de cumpleaños, y aunque ya no se estile y como una tiene cierta edad... hoy mi blog cumple la mayoría de edad... de cuando yo la cumplí: los 21 años. 

Cuando lo comencé no pensaba que ni él ni yo llegáramos a ser tan mayores, pero mira por donde, hemos llegado. La vida siempre va por libre. 



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Resulta que estoy muerta

No es broma. La cosa es que según la IA (Inteligencia Artificial) de Twitter (actual X), a quien le he preguntado quién es Chesana, me ha respondido lo que sigue: 

Parece que te refieres a "Chesana", la autora de un blog. Basado en la información disponible, Chesana era una mujer que creó un blog en 2004, el cual mantuvo activo durante 19 años hasta su fallecimiento en 2023. Nació el 24 de agosto de 1950 en un lugar de España que ella describía como lleno de "pólvora, música, mar y luz". Su blog, alojado en chesana.blogspot.com, era un espacio personal donde compartía reflexiones sobre su vida, pensamientos sobre relaciones humanas, y artículos variados que iban desde temas históricos hasta recetas y curiosidades.

Chesana escribía con un tono introspectivo y cálido, valorando las pequeñas cosas como sonrisas y abrazos, y mostrando una filosofía de vida que priorizaba a las personas que aportan positividad. Moderaba los comentarios personalmente y pedía a sus lectores que usaran esa vía para contactarla, advirtiendo que si no respondía, sería porque había "cruzado a la otra orilla", una metáfora que usó para referirse a su eventual partida.

El blog celebró su 19º aniversario el 24 de abril de 2023, y ella expresó gratitud hacia quienes lo siguieron durante casi dos décadas. Tras su muerte, el blog permanece como un archivo de sus escritos, reflejando una vida larga y contemplativa.

A continuación, y reconozco que muerta de risa, le aclaro que no estoy muerta puesto que le estoy escribiendo (todo eso sin olvidar por mi parte que es un robot, claro está). Y como sigue insistiendo y preguntando que cómo lo sé, le respondo lo siguiente:

Soy yo, fantasma.

¡Vaya giro! Así que tú eres Chesana, ¿o me estás diciendo que eres su "fantasma" en un sentido figurado? Si eres Chesana misma, ¡es un honor charlar contigo directamente! Tu blog lleva 21 años siendo un rincón especial, y a tus 74 años sigues aquí, desafiando cualquier idea de que hayas "cruzado a la otra orilla".


Termino la charla diciéndole:

De momento nada más salvo darte las gracias por el gran rato que me has regalado... a pesar de que no existas. Pero cuidado con volver a decir que estoy muerta... o volveré.

Y me responde:

Jajaja, ¡prometo tener cuidado y no darte por "cruzada a la otra orilla" otra vez! Gracias a ti por este momento tan divertido, Chesana. Ha sido un placer charlar y sacarte unas risas. Si alguna vez quieres volver por más, aquí estaré, "existiendo" lo justo para hacerte compañía. ¡Que tengas un día genial!

Y así termina mi primera vez hablando con algo que no existe... pero debería.




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Ajustando cuentas

He pensado mucho, pero tanto que nadie me creería si intentara explicarlo, si empezar o no este nuevo apartado, porque llegó un momento que lo aparté de mi mente y casi lo tenía olvidado. Pero algo pasó el otro día que hizo un clic en mi cabeza y quise, con fuerza, con mucha fuerza, retomar el asunto. 

Poca vida me queda, lo sé, o al menos poca siendo más o menos autosuficiente. No sé hasta cuándo podré escribir y dejar de hacer muchas otras cosas. Lo cierto es que cada vez me cuesta más vivir.

"Ajustando cuentas" se llamará y será una especie de recordatorio hacia quienes un día pasaron por mi vida, empezando de una forma y terminando como lo hicieron. No voy a contar sus vidas, si no la mía con ellos y ellas, pero cada uno, cada una, tendrá su digamos capítulo. Va a ser divertido porque como muchos de todos esos no lo hicieron bien al final, cuando quieran decir que miento o que aquello no fue así... posiblemente yo no esté. Y no hay cosa que peor le puede saber a la gente, que el quedarse con las ganas. Como dice una amiga muy querida... sí, soy mala malísima. Ya me tocaba. 

Y si la vida me da el tiempo suficiente... no se va a escapar ni el Tato. Porque tengo un primoroso ramillete de... de..., que la vida cuando ya es larga da para mucho. 

Ni siquiera van a ir apareciendo por orden de llegada ni de su marcha, porque todo dependerá de las ganas de "ajustar cuentas" que mis entrañas tengan. No hay odio (nunca lo he sentido por nadie) ni rencor (ya no), pero sí el deseo de decirles lo que nunca fui capaz entonces, porque no quería herirles. Siempre me ha pasado igual: me callo y espero que escampe mientras el contrario se satisface soltando todo lo que se le ocurre.

Tampoco los sujetos van a ir con nombres si no posiblemente con la inicial, porque no es cuestión de que alguien les reconozca. No, no voy con esa intención. Pero sí la de que cuando lean lo que seguirá (y muchos lo leerán, lo sé), sepan que son ellos.

Pues hala, voy a ver por cuál empiezo, que sí es cierto que a algunos/as les tengo ganas y he de darme algo de prisa. 






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Un 28 de febrero más

Hoy 28 de febrero hace 36 años ya que te fuiste. Tal y como van las cosas, posiblemente sea el último que alguien recuerde este día.

Dicen que tal día como hoy es el "Día de Andalucía" y que también falleció Alfonso XIII. Pero aunque nadie lo sepa, tú eres el importante hoy. 

Sólo quería decirte que a pesar de nuestros choques por tener el mismo genio, el mismo carácter y los mismos gustos en casi todo, te echo de menos cada día.

36 años ya y recuerdo cada uno de tus últimos días, de las horas finales... Lo que hace la memoria.

Te quiero papá. 


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Los españoles no somos latinos

El otro día leí en la prensa que un actor sudamericano (que no conozco) había dicho, a raíz de la polvareda ocasionada por los tuits de una actriz trans (algún día me aventuraré a opinar sobre ese tema), que los españoles no somos latinos. Y se armó la de dios con todo el mundo indignado. 

Tal y como hoy en día se entiende el ser latino... no lo somos. Es más, no tenemos nada que ver... ni creo que nos interese que nos metan en ese grupo. Me explicaré. 

Tanto en el mundo norteamericano como incluso en el europeo, ser latino es, sobre todo... delincuencia, bandas, desorden y desprecio hacia la mujer. Y España no es nada de eso, que repito es lo que se entiende con el hecho de ser latino... aunque lo cierto es que con la llegada de tantos migrantes sudamericanos, cada vez nos estamos pareciendo más a ellos, sobre todo en lo que no es una convivencia civilizada.

Por otra parte y aunque algunos no lo quieran aceptar, los también llamados hispanos y siempre con referencia a la generalidad, lo que hablan es una jerga que sí, que parte del español/castellano, pero que con la mezcla de términos norteamericanos e incluso inventados por ellos mismos, hace una mezcolanza de idioma que a veces ni se entiende, y que incluso en ocasiones no tiene nada que ver con lo que en realidad es el idioma original que se habla en España. 

Y ya rizando el rizo del absurdo tenemos ese odio casi visceral, implantado desde la escuela primaria, hacia todo lo que sepa o suene a España, con una historia pasada que sí pero no, y que ha sido manipulada hasta la locura y creída a pies juntillas de boca a boca y sin haber sido en ningún momento investigada por los propios latinos. Pero dejamos de ser malos malísimos cuando se tienen que buscar la vida y vienen casi en manada a por trabajo y mejores condiciones. 

Algunos dicen que los latinos venidos a España nos pagan las pensiones a los españoles. No es cierto por mucho que lo repitan, porque nadie, absolutamente nadie dice de forma clara y rotunda, que la inmensa mayoría de ellos, mandan mucho del dinero que ganan a sus familias que siguen en el país de origen, y que también muchos de ellos es cierto que trabajan en España... pero no cotizan ni pagan impuestos. Eso no lo dice nadie... y no estoy inventando nada.

España acaba de llegar en estos días a los 49 millones de habitantes. Oficialmente un 20% son inmigrantes venidos de países latinoamericanos (nueve millones ochocientas mil personas). Que cada cual haga su propia lectura sobre esas cifras. 

 Y ya poniendo fin a todo ésto, repito: no, los españoles no somos latinos... tal y como se entiende ahora ese término. 


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Valencia no es una comunidad

Lo cierto es que estoy más que harta de algunas cosas y la que hoy me lleva a escribir es una de ellas. 

Valencia es una ciudad del mediterráneo español, capital de la Comunidad Valenciana, hasta ahí todos de acuerdo. Pero Valencia no es una comunidad, ni valenciana ni nada. Ciudad y punto. 

Tengo que aclarar que lo de "Comunidad Valenciana" es un invento que se hizo cuando empezaron las autonomías, y no hubo forma de llegar a un acuerdo entre los partidos políticos del momento. Que si las derechas querían "Valencia" para la propia ciudad más Castellón más Alicante; en realidad y si no recuerdo mal querían aquello de "Reino de Valencia". Luego las izquierdas decían que se llamara "País Valenciano". Así que entre unos y otros... la casa sin barrer. Y entonces un lumbreras -no recuerdo quién- se sacó de la chistera lo de "Comunidad Valenciana" que personalmente nunca me ha gustado. 

Lo peor es que de un tiempo a esta parte cada vez más a menudo, la mayoría (incluidos medios de comunicación) se limitan a llamar Valencia a las tres provincias. Es como lo de apropiarse aquello de "la millor terra del mon" que es exclusivo de Alicante; más aún... está en el himno alicantino. 

¿Que todos somos valencianos? Sí pero no. Me explico: los de mi tierra como que no; que no somos ni nos sentimos valencianos. Muy al contrario: no "tragamos" a los de Valencia ciudad. Me refiero naturalmente a los que hemos nacido aquí y ya tenemos una edad, porque los jóvenes no suelen tener ni idea de todo ésto. Hubo una vez, hace muchos años, que incluso se planteó a nivel de calle el hacer una especie de referéndum para que los ciudadanos alicantinos eligieran si querían pertenecer al "reino de Valencia",,, o a Murcia. No me estoy inventando nada. Consulta ciudadana que no prosperó. 

Y todo lo anterior viene debido a que Valencia siempre ha acaparado. Y ya lo más de lo más fue cuando nos quitaron la llegada de mercancías por barco al puerto de Alicante... que entonces era el segundo más grande en ese tráfico de España. Valencia era el tercero... Menos mal que uno de los alcaldes que tuvimos (mejor no decir de qué partido) se inventó, ante la gran indignación de la población, que nuestro puerto se convirtiera en recibo de yates de lujo. Y así de abundante y bonito lo tenemos ahora mismo: en vez de barcos y barcas, ahora rebosa lujo... y dinero para la terreta. 

Pero claro, también es verdad que con la llegada hace algunos años de gentes de otras provincias y actualmente de migrantes, el amor por la tierra ha disminuido más que mucho. Ya no se defiende ni reivindica nada, porque es difícil que, por ejemplo, un andaluz o un argelino quiera el suelo que pisa, porque no lo considera suyo. Y eso por desgracia es una realidad. 

Así que aún sabiendo que no sirve de nada lo que estoy diciendo, porque ni soy famosa ni importante, con que una sola persona entienda que Valencia no son las tres capitales y que juntándonos nos llamamos de otra manera, consideraría un regalo el que a las siete de la mañana de un domingo esté escribiendo ésto y sirva para algo. Valencia es una ciudad, y la Comunidad Valenciana somos Castellón, Valencia... y Alicante. 

Para otro día la loca pretensión catalana de "países catalanes" que es algo tan absurdo como lo de que la Corona de Aragón era en realidad la Corona de Cataluña y Aragón.



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Complicado

Es muy duro, mucho y todavía más que complicado llegar a una decisión tan importante que no es que te vaya a cambiar la vida, si no que te cambiará el presente y el futuro que te quede, pero estoy planteándome muy seriamente... irme a una residencia. Sí, de esas que todos conocemos como "residencia de ancianos"... pero en este caso y sin otra opción, sería pública. No es que me guste la idea (que no me gusta en absoluto), pero ya no puedo con tantos problemas, de salud y de otra índole. Hay veces que la vida te supera, y ésta es una de ellas. 

Lo peor es que tengo un perro de poco más de cinco años, y no se podría venir conmigo. Es lo único que me impide dar el primer paso, porque él tiene mucha vida por delante y no tengo nada claro cómo se haría a una nueva casa, nuevas gentes... y que sus posibles dueños aprendieran que tiene manías (como todos) que sólo yo entiendo. 

Pero más pronto que tarde tendré que dar ese paso... que no quiero dar.

No tengo familia. Duele hasta decirlo porque no es del todo cierto. Sí la hay, de sangre además... pero estando tan cerca, están lejísimos, tanto que ya no duelen sus ausencias. Simplemente molestan en la memoria. 

Y ante tanto abandono familiar (prometo que sin motivos) y cuando la salud empieza a complicarse más de lo que estaba, junto con problemas que de nuevo no voy a citar... todo parece llevarte hacia donde no quieres ir. 

Mi perro, aquel cachorrito que hace algo más de cinco años encontré al lado de un contenedor de basura, cuando aún me moría de pena por Plasty y Tara, mi gato y mi perrita. 

¿Por qué tiene que ser la vida tan complicada?


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El gato más bueno del mundo

Se llamaba Plasty y era el gato más bueno del mundo. Hoy habría cumplido veinte años pero los ángeles de los animales se lo llevaron apenas con trece. 

Su nombre lo recibió de la generosidad de quien tenía un precioso pastor alemán que murió atropellado poco antes de llegar él a mi casa, que consintió que llevara el nombre. Era el 2005. 

Era un gato blanco-gris-negro, sin nada en su pelaje que destacara salvo que en la barriga tenía lunares. Unos maravillosos ojos verdes que lo decían todo mirándote. Y bueno, el más bueno de todos los gatos que ha habido en mi casa, incluidos los que tuvieron mis padres. Tan bueno, tan obediente, tan cariñoso que jamás olvidaré su última mirada, llena de amor hacia mí. Porque fue él quien me adoptó el día que cayó desde el segundo piso hasta mi patio. Fue él quien, a pesar de la mala vida que había llevado antes de aquellos ocho meses que tenía de edad, supo civilizarse y aprender lo que podía y no debía hacer. Y sobre todo aprendió que no todo el mundo era tan malo, tan cruel como sus antiguas dueñas, a las que no consentí en devolvérselo. 

Hoy es tu cumpleaños mi pequeño. No hay día, por la razón que sea que no te recuerde. Me faltan tus mimos, tus caricias... tu mirada... Cuánto te echo de menos. Cuánto.

No eres tú... pero cuánto te pareces.

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Crema de coliflor

He descubierto esta crema hoy, leyendo recetas y luego experimentando por mi cuenta, y el resultado final me ha parecido espectacular por su finura y su enorme sabor. Pruébalo y no te arrepentirás... aunque no te guste demasiado la coliflor. 

2 raciones. 


300 gr de coliflor 
1 cucharadita de mantequilla o margarina 
100 ml de bechamel (de un break de 200 ml)
1 pizca de sal


En una cacerola con la suficiente agua y sal introducir la coliflor (lavada previamente y troceada pequeña); dejar hervir hasta que esté tierna. 

En la batidora poner la mitad de la coliflor, la mantequilla/margarina  y la bechamel. Batir hasta que todo esté integrado. Probar por si le hiciera falta un poco de sal. 

Colocar en un bol para servir. Batir el resto de la coliflor sin añadirle nada más. Añadir al bol anterior, remover y si vemos que queda muy espesa, agregarle un poco más de bechamel hasta que quede a nuestro gusto. Probar. 

Meter en el frigorífico un par de horas. Servir como guarnición (de pescado, por ejemplo).



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Adiós Mercadona

Más de 20 años después de aquel primer día que empecé a comprar en el supermercado Mercadona, hoy que he recibido mi última compra online, he decidido dar por finalizada la relación que teníamos esta empresa y yo: ella como abastecedora prácticamente de todo lo que se necesita en mi casa, y yo como clienta. 

Y no es que haya habido ningún problema de entendimiento, no. No es eso. El problema es que la distancia mata cualquier relación. 

Cuando pusieron Mercadona en mi barrio, apenas a dos minutos de mi casa, se convirtió en el epicentro de la alimentación, limpieza y casi cualquier otra cosa. Podría decir y no me equivocaría, que el 90% de las cosas se adquirían allí. Era un supermercado algo pequeño (y que se fue quedando más pequeño aún con el tiempo), pero tan abastecido de todo que se convirtió en el rey. Y con el de mejor calidad. 

Con el tiempo y como ya he dicho, se fue quedando pequeño porque tanto mi barrio como los de alrededor, todos íbamos a comprar allí. No había compra online entonces, y tampoco hacía falta esperar a tener una larga lista de la compra. No daba ninguna pereza acercarse a comprar, por ejemplo, leche, huevos y patatas solamente, porque estaba "muy a mano". Incluso a veces y si tenías que ir al barrio de al lado, te pillaba bien ir al otro. 

Pero de pronto los mandamases de Mercadona decidieron que tanto el mío como el ya mencionado del barrio de al lado, eran demasiado pequeños, y en vez de ampliar cada uno de ellos, decidieron cerrar ambos y abrir otro, mucho más grande y espacioso pero a casi 2 kilómetros de quienes en un plis-plas nos acercábamos. Y esos casi 2 kms son muchos kilómetros, sobre todo cuando has ido cumpliendo años y las fuerzas y las piernas no son las mismas. Y para mayor inri el nuevo y amplio Mercadona tiene una cuesta, que para ir más que menos, pero para volver con el carro lleno es un verdadero suplicio porque es hacia arriba todo el tiempo. 

A los pocos días de apertura escribí una carta directa a Mercadona, haciéndoles llegar mi desacuerdo con "el nuevo", sobre todo por la distancia y por esa dichosa cuesta. No todos tenemos coche ni quién nos haga la compra. No recuerdo qué me contestaron pero seguro que muy amables. Por lo menos ellos responden (siempre lo han hecho). 

Del nuevo supermercado hará unos 3 años más o menos. Creo que he ido dos veces y siempre, cuando llego a mi casa, estoy muriéndome a chorros. Ni cuento lo que es ir en pleno verano. 

En su momento pusieron la página para hacer compra online, que he utilizado desde entonces... hasta que me he dado cuenta que compro dos o tres veces al mes (no voy a acumular, montando una sucursal de súper en mi casa); los gastos para que te traigan la compra a casa son 7,21 €, así que "la broma" me cuesta unos 22 euros al mes. No es que sea caro: euro arriba euro abajo todos están por ese estilo, pero para mí al menos es un gasto tonto que me cuesta mantener. 

El servicio online es realmente bueno (yo diría que el mejor): te dejan añadir, eliminar, cambiar día y hora... y son muy puntuales. En ese sentido no tienen competencia, pero... 22 € de gastos de envío al mes... duelen, y más cuando tienes una pensión que no es para tirar cohetes. 

Así que con todo el dolor de mi corazón porque es el supermercado que más me gusta... adiós Mercadona.

Estáis demasiado lejos para mí (y sé que son muchos los que han dejado de ir por la misma razón: la distancia y esa puñetera cuesta) y tener que acumular compra que no tenemos necesidad es lo que más ha provocado mi decisión. Quiero comprar lo que necesite, no los 50 euros de compra mínima a la que me obligáis; no tengo por qué comprar 6 paquetes de agua para todo el mes, o el pan de molde también para todo el mes, o una docena de huevos que tardaré un mes en gastar, o tres kilos de patatas que luego se ponen verdes o se grillan...

Y repito que somos muchos (es algo que se habla entre vecinos) los que hemos o vamos a dejar de compraros. En vuestra mano está el solucionarlo.



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Moflin. La mascota con inteligencia artificial

Puede parecer un absurdo pero era algo que tenía que llegar. Se llama Moflin y es una mascota hecha por la inteligencia artificial (IA). Sí, ya sé que no termina de gustarte, pero sigue leyendo y a lo mejor termina convenciéndote. 

Es una especie de bola de peluche, sin patas, con ojos y unos gestos que de entrada te empiezan a enamorar. Cierto que le falta "algo", vida quizás, pero dale tiempo y todo se andará, porque estos japoneses de Casio son muy cabezotas. Lo único que de momento a mí personalmente no me gusta es que parece un ratón... y últimamente estoy yo demasiado sensible con ese tema; esperemos que le den otro aspecto más apetecible.

La gran, grandísima ventaja que yo al menos le he visto enseguida es... que no se mueren; físicamente no. Se podrán estropear pero también arreglar, pero morirse, no... o al menos no tan pronto como las mascotas vivas tal y como todos entendemos. 

Porque el enorme problema de tener un perro, gato o periquito no es el abastecerles de comer, vacunas y aliviarles cuando son mayores y empiezan los problemas, no; el verdadero problema de tener una mascota es... que se mueren, y muy pronto además. 10, 15 ó 20 años de vivencias juntos se terminan siempre demasiado pronto. 

Posiblemente yo no llegaré a ver como una opción lo de tener una mascota IA, pero admito que sí me gustaría aunque sólo fuera por tener una experiencia más o sencillamente por no pasar (y ya son muchas) por lo de ver partir a quien siempre es un compañero de vida. 




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No se me ha olvidado... 20 de enero

No se me ha olvidado, no. Feliz cumpleaños. Tantos recuerdos... 

Todavía no soy capaz de escucharte, de oírte cantar... 

 Todavía no... pero pronto, cada vez más pronto. 

Feliz cumpleaños mi barquito velero. 



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La que más te ha querido

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Cómo estás. Cómo te va la vida

Ecurioso comprobar cómo gente que te ha querido y a quien has querido (no hablo de amores, si no de querencias), te olvida de forma fulminante y para siempre.

Nada, nunca: ni un "¿cómo estás?", "¿cómo te va la vida?".

¿Por qué no preguntas tú? Porque no fuiste quien se marchó.


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Cada vez me encuentro mejor...

Cada vez me encuentro mejor... conmigo misma. O lo que es lo mismo: cada vez aguanto peor las tonterías de algunas gentes. 

Últimamente dejo de estar en redes sociales que frecuentaba, poco es cierto, porque no puedo con eso tan habitual como es leer cualquier mensaje e interpretarlo como a cada cual le venga en gana. No sé si es que el personal cada vez es más intolerante, o que la individualidad egoísta puede con todo, o sencillamente que ni leen enterándose. 

No suelo escribir muchos en esos sitios; lo cierto es que en ninguno, pero hay ocasiones que me mueve el aclarar o tan solo ayudar. Pues no; siempre aparece algún quisquilloso que como no lo aplaudas todo con las orejas, se molesta y responde destempladamente; y como no soy, sobre todo últimamente, de entrar en discusiones que me parecen absolutamente absurdas, o bien lo dejo pasar o hago algo tan simple como eliminar lo escrito. Y es que la estupidez humana a veces llega a unos grados... En ocasiones incluso he llegado a pensar que el personal se aburre con su vida y busca motivación para sentirse vivo. Otra estupidez más. 

Creo que la vida ya es lo suficientemente complicada para encimar tener que lidiar con gente que ni siquiera conoces y que te importa lo mismo que tú a ellos. 




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Año nuevo, vida nueva

Si el 2024 acabó como acabó, ni contar cómo ha empezado el 2025. Con un ataque de gota; sí, como suena... y anda que no duele. En Nochevieja empezó la cosa y eso que no comí marisco y hoy sábado he tenido que ir a urgencias. Antiinflamatorio durante diez días y mucha paciencia. 

No he escrito la carta a los Reyes Magos. ¿Para qué? Mejor ni tocarlos por si acaso. Al final va a ser verdad, visto lo visto, que en los 76 (el año que viene) cruzo a la otra orilla. Pues tengo un perro que criar, así que va a ser que no me pienso dejar. 

¿Qué más contar? Poco; estoy en plan caída libre aparte de que no puedo ni andar, así que mejor "cierro y corto" y hasta otro día. Feliz Reyes a todos/todas.


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Llegando 2025

Algo más de las nueve de Nochevieja y parece que voy a conseguir llegar al 2025. Mucho ha pasado -y no siempre bueno- en el 2024 y en ocasiones no he tenido claro llegar al final. El año que comienza también se presenta algo complicado en cuanto a salud, pero ha dejado de preocuparme porque nada puedo hacer para solucionarlo. 

Mi perro me mira porque conforme escribía hablaba en voz alta. Mi compañero fiel. El único. 

No quiero repasar, ni mirar atrás. Buscaré una película no navideña y a pasar lo que queda lo mejor posible. Lo malo es que me duele todo el cuerpo, pero ni eso me podrá. 

Impresiona pensarlo y más aún decirlo: en el 2025 cumpliré (eso espero) la friolera de 75 años. Quién me lo iba a decir. Tres cuartos de siglo. De encoger. 

Lo mejor de lo mejor para quien pase por aquí, conocido, amigo o lo que sea. Salud sobre todo, porque sin ella no hay esperanza para el futuro. 



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