Flor de Pascua

La planta es originaria de Méjico y si sabemos (o aprendemos) cómo cuidarla puede llegar a durarnos años.

La Flor de Pascua es también conocida como Poinsetia; su nombre científico es Euphorbia pulcherrima.

El rojo que tiene, al contrario de lo que muchos creen, no son flores si no sus hojas que siendo verdes, tornan a ese precioso rojo de noviembre a enero. Cuando empiezan a cambiar de color, partiendo siempre del verde, hay que ponerlas en un lugar con mucha luz pero sin sol directo. Cuando ya haya florecido hay que evitarles las corrientes diarias, que son mortales para esta planta. Donde las pongamos hay que procurar también que la temperatura donde estén no fluctúe, o lo que es lo mismo: que no haya una diferencia mayor o menor a dos grados.

No existen solamente en color rojo, si no que también hay en color blanco, amarillo y rosa.

El riego debe hacerse al notar la tierra seca sin que nos preocupemos de cuántos días hace que la hemos regado. No hay que mojar J A M Á S las hojas, ni siquiera pulverizándolas.

Puedan llegar a alcanzar hasta cincuenta centímetros de altura plantada en maceta. En un jardín puede llegar a los cinco metros.

Lo primero que tenemos que hacer en cuanto las compremos o nos la regalen es trasplantarlas a una maceta más grande sin romper su cepellón, y abonarlas.

Si están en el interior de la casa y hemos puesto la calefacción, hay que buscarles una habitación donde esa calefacción no exista... o se nos morirá.

Al llegar la primavera hay que podarlas (para ese momento ya habrán perdido todas las hojas: es una planta caduca). Cortar los tallos a una altura de unos siete centímetros, y no regar hasta que empiecen a brotar de nuevo las hojas.

Recordemos que no soporta el sol directo.



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