Masada

Masada es una roca en forma de cono invertido, de cuatrocientos metros de altura. Está situada en la antigua Judea al lado del Mar Muerto.

Fue construida y fortificada por Herodes el Grande, que estaba obsesionado ante el riesgo de sufrir una invasión; por ello hizo horadar una gran roca y construir diez enormes cisternas que podían llegar a contener 34.000 metros cúbicos de agua cada una. Alrededor de ellas se construyó la ciudad de Masada, que fue finalmente poblada por los celotes (zelotes).

Los celotes eran judíos extremistas en cuanto a la religión, cuya máxima autoridad era Dios, y la cabeza visible quien les gobernaba. La historia de los celotes requiere mucho más que la simple referencia de este escrito.

El año 68 después de Cristo el pueblo de Masada se sublevó contra la invasión de Roma, siendo los celotes los únicos que consiguieron mantener esa rebelión. El año 72 d.C. los romanos decidieron poner fin a esa desobediencia y arrasar la roca. Por aquel entonces la población era de unas 1.500 personas; Eleazar ben Ya'ir era el líder celote y viendo que no podían soportar mucho más tiempo el asedio, lanzó un furibundo discurso a su gente con la propuesta de morir antes que doblegarse de nuevo a los romanos. Los celotes tenían prohibido el suicidio por lo que eligieron que sólo el último de ellos se quitaría la vida.

Los cabezas de familia mataron a sus esposas e hijos. Después sortearon entre los hombres que habían quedado qué diez terminarían con la vida del resto. Finalmente entre esos diez se hizo un nuevo sorteo y quedó uno que se encargó de matar a los otros nueve. Quien quedó al final de todo ello... se suicidó.

Cuando los romanos entraron en Masada encontraron dos mujeres y cinco niños que se habían escondido de la masacre. Los últimos celotes vivos habían prendido fuego a toda la ciudad, dejando únicamente en pie el almacén de los víveres, para que Roma no pensara que la desesperación y el hambre les había llevado a la muerte. Fue el último gesto de dignidad, posiblemente por haber visto anteriormente la destrucción y posterior incendio por los romanos, de Jerusalén, algo que seguramente vieron sin problemas desde la cima de su ciudad. No quisieron ser esclavos de Roma.

La historia de todo eso fue escuchada por las dos mujeres supervivientes por el judío romanizado Flavio Josefo, quien decidió escribirlo para que el hecho no se olvidara.

En 1963 con el arqueólogo israelí Yigael Yadin comandó una concentración de cinco mil personas, con la intención de buscar restos de los celotes de Masada. Se encontraron algunas fosas, restos de cerámica y parte del almacén de víveres. La excavación aún no ha concluido, ni tampoco el estudio de los últimos días de los celotes de Masada.



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