Y hace también muchos años que circula por internet algo que es un completo bulo. Se cuenta que Munera, en un momento dado y durante una corrida, se sentó en el bordillo del burladero y mirando a los ojos del toro, se arrepintió de su propia crueldad ante unos animales que no le habían hecho ningún daño; fruto de ese "arrepentimiento" se convirtió en un acérrimo anti-taurino. Alguien sacó la foto que se acompaña con el siguiente texto:
Y de repente miré el toro. Tenía esta inocencia... que todos los animales tienen en sus ojos, y me miró con esta súplica. Era un grito de justicia, muy, muy profundo dentro de mí. Lo describo como una plegaria porque si uno confiesa, se tiene esperanza que uno sea perdonado. Me sentí como la peor mierda del mundo.
Todo falso. Esta la foto:
El torero que aparece en la imagen no es Álvaro Munera si no el español Francisco Javier Sánchez Vara.
El texto que siempre acompaña dicha fotografía y que igualmente se atribuye a Munera en unas supuestas declaraciones, son en realidad parte del libro "La casa sosegada" de Antonio Gala:
Y de repente miró hacia mí. Con la inocencia de todos los animales reflejada en los ojos, pero también con una imploración. Era la querella contra la injusticia inexplicable, la súplica frente a la innecesaria crueldad. Sentí que, garganta arriba, me subía un sollozo.
Álvaro Munera se retiró a los 18 años después de recibir una cornada en Albacete (España) que lo dejó paralítico.
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