Si es cierto que existe el más allá, la eternidad, si eso es una posibilidad, seguramente ya no hará falta que te explique nada porque todo estará dicho. Todo. Los por qués, los por qué no, por qué hice lo que hice en algunas ocasiones y algunos silencios cuando me rompía a trozos por no poder estar contigo mientras la vida se te escapaba.
Teníamos un proyecto de vida, incluso una preciosa niña en común con tus ojos, tu sonrisa, incluso tu forma de caminar. ¿Cuántas veces hablamos de ello y de ella? Me cantabas casi en un susurro mientras yo moría un poco más por no estar.
Y de pronto el zarpazo de la vida y la parca asomando. Ahora ya lo conoces todo, y sabes... porque lo sabes mi amor... cuánto, cuánto, cuánto...
A pesar del tiempo, a pesar de tantos años, te sigo queriendo como el primer día que nos cruzamos, yo preocupada por una amiga y tú apareciendo como el ángel que eras. Te extraño cada día, y ahora que se me apaga la vida, sé que exista o no la eternidad, me estarás esperando como lo hacías entonces.
Ya no importa a qué llamada acudías o quién trataba de convencerte que te apartaras de mí. Lo único que vale es lo que sentimos entonces y ahora. Lo que sentiremos por siempre. Ya no tengo que explicarte, ya no.
Sigue mirando al puerto. Sigo mirando al mar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Volver a "Chesana".
Cualquiera puede comentar pero si escribes como "Anónimo", lo leeré pero no serás publicado... a no ser que te identifiques de alguna manera. Gracias por la comprensión.