El sultán y el harén

El harén era (y aún sigue siendo) un grupo de mujeres que tenía el sultán para su uso y disfrute.

Se dividían en dos grupos: las cariyeles o sirvientas y las gedikiler o privilegiadas. Realmente las que componían el harén eran las gedikiler, ya que las cariyeles servían a las primeras, aunque bien es cierto que podían llegar a "graduarse" (por decirlo de alguna manera).

Las cariyeles no tenían ningún contacto con el sultán, salvo que éste se fijara en alguna de ellas, llamándola. Si ésto sucedía, la elegida era llevada a un aposento donde se la engalanaba y quedaba a la espera de la aparición de su señor; si el encuentro (naturalmente sexual) era del agrado del dueño, la mujer pasaba a formar parte de las "oficiales" gedikiler.

Había una "valide sultán" que era una especie de gobernanta, a cuyo cargo estaba el harén. Generalmente el cargo caía en manos de la madre (del sultán), a quien naturalmente las esclavas, tanto las oficiales como las pretendientas, guardaban pleitesía absoluta, ya que si alguna de ellas tenía cualquier tipo de enfrentamiento con la "valide", lo tenía todo perdido.

El harén habitaba una zona del palacio alejada del resto de los aposentos. Dentro de esa zona estaban los "kafes", unos espacios donde se encerraban a los hijos de las concubinas, generalmente de por vida para que en el futuro y cuando llegaban a la edad adulta, no tuviesen ninguna opción de conspirar para conseguir el poder. Casi siempre morían sin haber salido nunca de los "kafes".

Y por último mencionar que el harén era custodiado para que ningún otro hombre accediese a él. Estos guardianes, incondicionales a la figura del sultán, eran los eunucos: hombres a los que se les había practicado la mutilación de los órganos masculinos, para que pudieran realizar la labor de custodia sin que pudieran tener ningún tipo de atracción física. Muchos de estos eunucos morían después de la castración, debido a las infecciones que la misma producía a posteriori; quienes conseguían sobrevivir y para que la herida no se cerrara del todo (algo que era muerte segura), solían llevar introducida una barra de plomo, que se quitaban en el momento de miccionar.



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