El oídio en los rosales

El oídio es un hongo que en muchas ocasiones ataca a los rosales. Consiste en que de pronto empiezan a aparecer una especie de manchas blancas en las hojas y en los capullos... como si se hubiera tirado polvos de talco o cenizas sobre ellos... y en cuestión de horas las hojas se cubren de ese "polvillo", se doblan y a los pocos días el rosal se ve mustio. En definitiva... muere.

Hay modos de prevenir esta enfermedad, aunque no siempre funciona. Y hay en el mercado también muchos productos insecticidas para combatir el oídio, que tampoco son garantía de nada. Es por ello que buscando alguna solución más efectiva, ya que el peligro no es sólo la muerte de los rosales, sino de cualquier arbusto e incluso arbolito que tengamos plantado en la zona, ya que las esporas de este hongo se propagan por el aire. De ahí que haya que atajarlo cuanto antes.

En estos momentos y después de años teniendo rosales, en suelo y en macetas, sin problemas, ha surgido el dichoso oídio. He probado la mayoría de insecticidas comerciales sin resultados satisfactorios, por lo que he buscado algo más fiable y viable. No sé el resultado que dará lo que sigue, pero ahora mismo es lo que estoy aplicando. En unos días contaré qué final hay, pero por si alguien está buscando como he tenido que buscar yo, aquí va lo que todo el mundo dice que funciona. En caso de que no sea así, y ésto es muy importante, hay que tirar el rosal/rosales... y toda la tierra donde estaba; si su hábitat era una maceta o jardinera: hay que lavarla con jabón concienzudamente; si dejamos la tierra para usarla después, lo único que conseguiremos es propagar el oídio a otras plantas.
Mezclar en una frasco con pulverizador:

800 ml de agua.
(Si utilizamos agua del grifo: dejarla 24 horas antes en un recipiente para que la cal se pose en el fondo.
Si no la usamos...utilizar agua mineral).

200 ml de leche desnatada.

Media cucharada de bicarbonato sódico.

Con esa mezcla pulverizar todas las hojas del rosal por arriba y por abajo (habiendo quitado previamente las hojas y los capullos que estén afectadas de oídio, es decir: hay que dejarlo totalmente sano). No es necesario cortarle las ramas leñosas.



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