Lavar los utensilios con detergente de vajillas, como hacemos con el resto habitualmente no es suficiente, sobre todo para su desinfección.
Una forma de lavarlos es dejándolos en remojo con un litro (o más) de agua caliente más cuatro cucharadas grandes de agua oxigenada, dejándolos reposar durante un par de horas. Después secar.
Una segunda manera de limpiar es embadurnarlos bien con zumo de limón, frotando. Sin lavar, colocar los utensilios en una ventana, al sol.
Cuando se hayan blanqueado, lavar normalmente.
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