Juana I de Castilla (Juana la Loca)

Juana I de Castilla, también conocida como Juana la Loca es mayoritariamente conocida por deambular por pueblos españoles acompañando la comitiva que transportaba el cuerpo de su esposo Felipe de Austria, apodado el Hermoso, gran mujeriego que falleció después de beber un vaso de agua fría en un día muy caluroso. Sus devaneos amorosos consiguieron perturbar la mente de la reina. 

Juana nació en Toledo (España) el 6 de noviembre de 1479. Era la tercera hija de los Reyes Católicos por lo que su destino no era el de reinar. Su esposo era hijo de Maximiliano I y de María de Borgoña, y los esponsales fueron concertados sin que los novios se conocieran. Por eso la entonces infanta emprendió viaje para conocer a su futuro esposo, llegando después de múltiples inconvenientes a destino. Cuando llegó la joven se encontró con que su supuesto pretendiente andaba en menesteres amorosos y por tanto ausente en el lugar: Felipe tardó un mes en aparecer. 

Cuando por fin el novio hizo acto de presencia hubo, nada  más verse, toda una explosión de amor entre ambos, por lo que la misma tarde requirieron la presencia de un sacerdote que les casara y así poder hacer uso del matrimonio sin pecar. Corría el año 1496. Felipe quedó tan prendado de Juana que parece que hasta el nacimiento de su primera hija le fue fiel: y así nació, el 15 de noviembre de 1498 Leonor. A partir de ese acontecimiento todo cambió y el enamoradizo príncipe volvió a sus andanzas. 

El 24 de febrero de 1500 nació un niño que posteriormente fue Carlos I de España y V de Alemania. 

El 18 de julio de 1541 nació Isabel. 

Como ya he dicho, Juana era la tercera de los hijos de los Reyes Católicos, quienes habían tenido en primer lugar a Juan, luego a Isabel quien a su vez tuvo a Miguel. Pero en menos de cuatro años tanto Juan; Isabel y Miguel... fallecieron, quedando por tanto como única heredera Juana. 

El 26 de noviembre de 1504 muere Isabel de Castilla (componente femenina de los Reyes Católicos) lo cual provocó que su hija Juana tuviera que volver a toda prisa a España para ser coronada. El testamento de Isabel, preocupada ya por el estado mental de su hija debido a la enfermiza obsesión que sentía por su esposo, nombraba como regente al ya viudo Felipe el Católico, que gobernaría el reino hasta que su nieto Carlos cumpliera los veinte años. 

Mientras todo lo anterior sucedía, Juana dio a luz primero a Fernando y luego a María... a pesar de las constantes infidelidades de su esposo... conocidas por ella y que incrementaron su locura. 

En los inicios de septiembre de 1506 Juana estaba recluida en una celda por sus continuos accesos de ira; su marido Felipe el Hermoso actuaba como rey consorte y sustituto en Castilla. En una de esas mañanas estaba jugando un partido de pelota y bebió un gran vaso de agua helada; al día siguiente tenía unas violentas fiebres. Murió el 25 de septiembre de ese mismo año, con la reina enclaustrada y de nuevo en cinta de quien luego se llamó Catalina de Austria o Habsburgo y que casó posteriormente con Juan III de Portugal. 

Dado el estado mental de Juana, en enero de 1509 es encerrada en Tordesillas (Toledo, España) por orden de su padre Fernando, tomando éste la regencia de Castilla siendo rey al mismo tiempo de Aragón. Nunca salió la reina de esa prisión, falleciendo el 12 de abril de 1555 a los 75 años. A su muerte y puesto que conservaba todos sus títulos, seguía siendo reina de Castilla. Había estado 46 años encerrada en Tordesillas. 




No hay comentarios:

Publicar un comentario



Volver a "Chesana".