Egilo

Egilo era ambiciosa, muy ambiciosa. Estaba casada con Rodrigo, rey godo de Hispania que andaba siempre enzarzado en guerras contra los moros. Hacía apenas un año y medio que ambos habían sido coronados y ello culminaba las aspiraciones de la reina... pero en la batalla de Guadalete su marido, don Rodrigo, es muerto.

Al año siguiente llegó en un afán de reforzar las tropas árabes el virrey Muza, cruel y sanguinario con los prisioneros que capturaba. Durante dos años fue temido y odiado a partes iguales, pero fue llamado a Damasco y dejó en su puesto a Abd-el-Aziz, su hijo, tan distinto a su padre que fue considerado incluso justo.

El joven Abd-el-Aziz conoció y se enamoró de Egilo, viuda ya; se casaron y fijaron la residencia en Sevilla. No tardó mucho la esposa en aprovechar la intimidad del matrimonio para intentar convencer a su cónyuge de que se independizara de Damasco y se proclamara rey de España. Como el virrey no parecía estar muy de acuerdo, Egilo siguió insistiendo en que los súbditos hicieran gesto de vasallaje (inclinándose ante ambos); para ello "cerró" la parte superior de la puerta de entrada por donde se introducían los visitantes a las audiencias, con lo que dichos personajes tenían que entrar doblados a la sala.

Como el virrey se negaba también a llevar corona real, ella le dijo que lo hiciera sólo cuando estuvieran en intimidad ya que de ese modo nadie le vería. El esposo, enamorado como estaba, cedió en ese punto colocándose la corona en privado. El hecho se hizo público cuando una dama amiga del matrimonio les visitó por sorpresa y el virrey apareció "coronado". La mujer comentó el suceso con su marido, dignatario árabe, quien a su vez lo comentó a los jefes musulmanes. Hay que añadir que el llevar corona estaba considerado "de cristianos", por lo que Abd-el-Aziz fue considerado hereje.

En el verano del año 716 y mientras oraba en una mezquita, el virrey fue asesinado. Y ese mismo día Egilo desapareció, creyéndose que corrió la misma suerte de su esposo, ya que todo el mundo sabía de su ambición.

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