Necesito...

Necesito algo que no sé dónde encontrar. Algo a lo que agarrarme para no caer en un pozo que amenaza con cerrar mi garganta y desbordar los ojos. 

Esta mañana he tenido que ir al especialista, en consulta de urgencia, porque no podía más. Cuando el dolor corporal lo llena todo, dejas de tener vida. Algo se ha roto y hay, oficialmente, un empeoramiento general de mi estado de salud. Me ha duplicado la medicación y quiere verme de nuevo en dos semanas. 

Leer ya en casa, en el resumen de la visita de hoy, la palabra "Empeoramiento..." ha hecho que todo se me viniera encima. Llevo toda la tarde intentando sujetar no sé bien qué, porque no puedo permitirme el lujo de derrumbarme. 

Miro a mi perro dormido en su cama y pienso que hay que seguir por él... pero ni eso me vale ahora mismo. Busco a mi alrededor, y no encuentro nada. Nada. 

Posiblemente no debería estar ahora mismo escribiendo, pero es otro modo de sujetar caballos desbocados. Por primera vez en mucho tiempo, no sé qué hacer para dejar de pensar. 

Temía ese empeoramiento porque las señales del cuerpo te van avisando: esos malditos dolores se acentúan y aumentan hasta límites que no creías volver a sentir, pero pensaba que podría con ellos. Hasta el pasado miércoles en que tuve que llamar al especialista para pedir cita urgente. 

Su cara, la del médico, conforme me iba escuchando, ha pasado de "la de siempre" a estar serio, muy serio. Al final ni siquiera me han dolido casi las infiltraciones... porque yo ya no me encontraba a mí misma: aumentar la medicación al doble... verme en dos semanas... más medicamentos... Y darte cuenta que ésto, como mínimo, va a ser siempre así por mucho que te empeñes en que no. 

¿A quién le importa, salvo a mí? En barrena. 



1 comentario:

Los comentarios están moderados. Serán visibles después de ser aceptados por la administradora del blog.

Los anónimos (a no ser que lleven un nombre reconocible dentro de su contenido) serán leídos pero no publicados.

Volver a "Chesana".