El padre Llanos, un sacerdote acérrimo vigilante de la moral y las buenas costumbres, arremetió en la misma puerta del teatro contra quienes habiendo comprado una entrada, iban a ver el espectáculo. Es el mismo padre Llanos que más tarde se "convirtió" al comunismo y se hizo "cura rojo", que es como se llamaban a los curas obreros o de izquierdas.
Cuando "La blanca doble" llegó a Sevilla, el cardenal Segura (Burgos 1880 - Madrid 1957) decretó la excomunión para quien fuera a ver aquella "obra del demonio donde salían mujeres desnudas para provocar a los hombres". Esa excomunión provocó -naturalmente- largas colas porque todo el mundo quería ver la revista de "las chicas de Coslada".
Monseñor Pildáin (Guipúzcoa 1890 - Las Palmas 1973), obispo de Canarias, envió a un grupo de beatas que, cada vez que alguien compraba una entrada, entonaban a coro y casi gritando el "Padrenuestro". Este mismo monseñor prohibió, a finales de la década de los ochenta (del pasado siglo XX), que los sacerdotes de su diócesis vieran la televisión por considerarla "pecaminosa".
Y es que por aquellos tiempos la iglesia católica era la que era y mandaba mucho además. Lo de la libertad de cada cual era algo solamente permitido para las altas instancias católicas, siendo la censura exclusiva para los feligreses de a pie.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Volver a "Chesana".
Para comentar en este blog hay que estar registrados en Google o en Blogger. Los comentarios están moderados y se aprobarán por Chesana.